Este curso en ISEDUCA nos planteamos un nuevo reto. ¿Cómo podríamos captar la atención de los niños y niñas de 4 y 5 años para trabajar con ellos aspectos de educación vial?
Al principio decidimos los objetivos y contenidos a trabajar. Después de años de experiencia con la educación vial esto no fue demasiado problemático. Bastaba con tomar decisiones de qué aspectos priorizábamos. En este caso escogimos:
• Identificar la acera para peatones y la carretera para vehículos.
• Respetar los colores de los semáforos.
• Interiorizar la importancia de mirar a derecha e izquierda antes de cruzar en cualquier situación.
• Reconocer el comportamiento de seguridad cuando somos peatones.
Dar la mano al adulto
Utilizar el paso de peatones
No correr por la acera
Utilizar el lugar correcto para jugar.
Hacer caso a los policías
• Cuidar especialmente las medidas de seguridad como pasajeros de vehículos.
Uso de los sistemas de retención infantil
• Identificar las medidas de seguridad como conductores de vehículos.
Disminuir la velocidad para evitar accidentes
Respeto a otros vehículos
Respeto a los peatones
Hacer caso a los policías
• Sentirse orgulloso de ser un “BUEN PEATON”.
Pero fue en el momento de decidir qué metodología utilizar que empezaron las dudas.
¿Cómo podremos hacer que los alumnos resuelvan situaciones viales como peatones y pasajeros? Nos entusiasman las actividades con metodologías de gamificación, trabajo en grupo, pensamiento computacional y resolución de problemas. Pero ¿cómo hacerlo para niños y niñas de 4 y 5 años? ¿Nos podrán ayudar los robots? ¿Qué robots? ¿Necesitaremos muchos robots? Tenemos un presupuesto para materiales limitado, ¿es viable?
Estaba claro que era necesario investigar para intentar resolver las dudas y encontrar la mejor solución. Tocaba repasar qué robots hay hoy por hoy en el mercado por estas edades. Algunos ya los conocíamos por haberlos utilizado anteriormente, lo que nos llevó rápidamente a descartar a los que no nos parecían adecuados y quedarnos con Bee-bot, una vieja amiga nuestra, el Talet-Bot y el Indi. Estos dos últimos no los conocemos demasiado, por tanto, hemos tenido que experimentar con ellos y jugar con ellos. ¡Nos encanta jugar con los robots y cualquier excusa es buena para hacerlo!
Nos ayudó mucho hablar con Rocío @Robotica_rocio. La mejor experta en robótica educativa que conocemos y que siempre está dispuesta a echarnos una mano. ¡MUCHAS GRACIAS ROCÍO!
Por último, la actividad en el aula se organiza en un gran grupo con dos momentos diferenciados. En el primer momento, los alumnos se identifican como peatones y con el apoyo del robot Bee-bot resuelven diversas situaciones viales como peatones. En el segundo momento, los alumnos se identifican como conductores o pasajeros y con el apoyo del robot Indi resuelven diversas situaciones viales como conductores.
Y ya estamos en el aula. Vamos a ver qué pasa. Primero presentamos las dos Bee-bots a los alumnos, como peatones venidos de lejos que no saben cómo deben hacerlo para circular por nuestra ciudad. A continuación, ponemos retos/preguntas y los alumnos deben hacer llegar el robot a la respuesta correcta. Así vamos mostrando a las Bee-bot los comportamientos como peatones que nos interesan.
En la segunda parte presentamos los dos Indi a los alumnos, como conductores venidos de lejos que no saben cómo deben hacerlo para circular con seguridad. A continuación, ponemos retos/preguntas y los alumnos deben hacer llegar el robot a la respuesta correcta. Así vamos mostrando a los Indi los comportamientos como conductores que nos interesan.
Es perfecto poder contar con los dibujos de los retos que desde TandemProjects nos han preparado especialmente para la actividad.
El resultado es fabuloso.
Después de ponerlo en marcha en las aulas de educación infantil de Santa Coloma de Gramanet podemos afirmar que funciona. Los alumnos no pierden interés en ningún momento. Todos participan con ganas y respetan el orden para dar las instrucciones a las Bee-bot y los Indi.
Uno de nuestros miedos era que invirtiéramos más tiempo en aprender a hacer funcionar los robots que en los contenidos viales que son lo que realmente nos interesa. No ha sido así, los alumnos son ágiles al ver cómo funciona el robot. A nosotros no nos preocupa si saben o no hacerlo y les ayudamos siempre que es necesario. Alumnos, educadores y docentes hemos integrado que no estamos dando clase de robótica o programación. Que los robots son sólo un instrumento que utilizamos para trabajar los retos viales. Un instrumento para captar la atención de los alumnos en el aula y para que recuerden la actividad al marchar.
Ahora, a final de curso, cuando toca hacer repaso y valoración del trabajo realizado, en ISEDUCA nos vamos de vacaciones contentos. Creemos que organizamos una actividad educativa atractiva y hemos trabajado los objetivos de educación vial que nos habíamos propuesto. Pero aún más nos hemos demostrado a nosotros mismos que utilizar robots en las aulas no significa obligatoriamente hacer robótica o programación. Que podemos utilizarlos para trabajar cualquier tipo de contenidos.
Ya tenemos ganas de exportar esta experiencia a otras actividades.